Este libro, representa una contribución para conmemorar los 200 años de la Constitución de 1824, ofreciendo una visión crítica sobre el desarrollo de las instituciones jurídicas en nuestro país y su impacto en la impartición de justicia. Esta obra, seguramente provocará una reflexión profunda sobre el lenguaje y la práctica jurídica, elementos esenciales en la consolidación de un Estado de derecho moderno y justo.